Tec. Graciela Bovetti
Muestra y somera descripción de Restauraciones realizadas
con Dirección y Ejecución de Obra
Pinzon 1240 Barracas -
Argentina
gracielabovetti@hotmail.com.ar
Cel. 1554.990.106
Paris (8e), le 19 mars 2019. Agnès le Boudec (à gauche) et Julie André-Madjlessi réparent le visage du Génie de la Patrie. Et promettent de le rendre (presque) comme neuf. LP/Philippe Lavieille
Six femmes réparent les œuvres saccagées pendant les manifestations des Gilets jaunes le 1er décembre à l’Arc de Triomphe à Paris.
Elles sont six femmes, six restauratrices indépendantes, qui se sont donné deux mois pour réparer les œuvres de l’Arc de Triomphe saccagées lors d’une manifestation de Gilets jaunes le 1er décembre dernier. L’image du Génie de la Patrie, appelé aussi la Marseillaise, le visage défiguré, la joue droite arrachée, avait fait le tour de monde. Deux par deux, sous la houlette d’Agnès le Boudec, elles vont se relayer jusqu’à la mi-mai au chevet de cette statue de tête de femme blessée représentant Marianne, mais aussi d’une maquette très fortement abîmée de l’Arc de Triomphe.
pedro figari: PEDRO FIGARI - BOGOTAZO: links HOME pedro-figari.blogspot In 1948, con motivo de la IX Conferencia Panamericana en Bogotá, la delegaciçon uruguaya viaja con una s...
El Nombre de la Rosa se hizo realidad: hallan una biblioteca con libros envenenados
Las páginas de tres raros volúmenes de los siglos XVI y XVII habían sido archivadas con un poderoso tóxico. Y estaban al alcance del público.
“La razón por la que llevamos estos libros al laboratorio fue porque previamente habíamos descubierto que se habían utilizado fragmentos de manuscritos medievales, como copias de la ley romana y la ley canónica, para hacer sus portadas. Está bien documentado que los encuadernadores europeos en los siglos XVI y XVII solían reciclar pergaminos más antiguos”, dicen.
Mientras se intentaba identificar “los textos latinos utilizados, o al menos leer parte de su contenido”, los expertos descubrieron que eran “difíciles” de interpretar por culpa de una “extensa capa de pintura verde que oscurecía las viejas letras manuscritas”. Por eso los llevaron al laboratorio para someterlos a un análisis de rayos X.
Ahora están dentro de unas cajas de cartón, ventilados y separados del resto de volúmenes con etiquetas de seguridad. La idea es digitalizarlos para minimizar el riesgo del contacto físico. Pero durante años estuvieron al alcance de cualquiera de los usuarios de la Universidad de Southern Denmark, en Esbjerg, Dinamarca. Hasta que descubrieron que los tres libros habían sido embadurnados con arsénico.